sábado, 27 de julio de 2019

Neurociencia y la Didáctica


La didáctica en neurociencia



Las llamadas neurociencias nos permiten en la actualidad acercarnos a conocer más del cerebro como un órgano moldeable, que puede reorganizarse de forma estructural y funcional adaptándose continuamente al aprendizaje.


Los procesos de aprendizaje, considerados por los neurocientíficos como procesos cerebrales, son susceptibles de la (meta)cognición o de la atención hacia nuestra propia cognición. Preguntarnos sobre lo que hacemos (respiración, postura corporal…) lo que sentimos (emociones, estados de ánimo) o lo que pensamos (verbalizaciones internas o externas) dirige la atención sobre nuestros propios procesos cognitivos.



La característica plástica del cerebro, que permite generar nuevas neuronas y conexiones nos debe llevar a entender la inteligencia como un constructor dinámico, en el que influyen de manera relevante factores emocionales como la motivación o el autocontrol, de manera tal que procesos como la atención y la memoria de trabajo desempeñan un papel principal en el aprendizaje activo.



En la actualidad sabemos que los logros de aprendizaje dependen en gran parte de la curiosidad y ésta aumenta en la medida que estos logros estén adecuados, además de a los conocimientos previos, a la capacidad de atención.



Hay estudios que demuestran que la atención y el autocontrol pueden mejorarse en edades tempranas (Petersen y Posner, 2012) y que son cortas las sesiones de práctica para la mejora de la atención (Rueda et al., 2005).



La atención se estudia como un recurso limitado, y ello sugiere la necesidad de fraccionar la clase en bloques de diez o quince minutos: «Y como recordamos más lo que aprendemos en el inicio y en el final de las tareas (efecto de primacía y recencia), el comienzo de la clase debería ser aprovechado para analizar las cuestiones más importantes o para plantear ese reto que despierte la necesaria curiosidad del alumnado, mientras que, en los últimos minutos, el alumno debería realizar alguna tarea que le permitiera sintetizar la información más relevante analizada» (Guillén, 2015).




El trabajo sobre los procesos atencionales citados, al modo de las técnicas contemplativas (Matthieu et al., 2015 ), puede realizarse con toda la población educativa adaptado a las edades. Si entendemos que el déficit de atención es susceptible y depende de la situación interior y exterior de todo individuo, más allá de etiquetas, podemos analizar la atención en términos de niveles y dirigir este trabajo a los aspectos motivacionales de cada cual.


Neurociencia | Tiching


A pesar de que aún queda muchísimo camino por delante en este campo, la neurociencia ya ha descubierto algunos elementos que han resultado ser esenciales para favorecer la creación de nuevas conexiones entre neuronas y, por lo tanto, para el aprendizaje. Te resumimos algunos de los conocimientos sobre el cerebro que pueden contribuir a revolucionar la práctica pedagógica:


  • Las emociones son las protagonistas: El estado emocional condiciona fuertemente el funcionamiento del cerebro. El estado de ánimo puede modular las funciones cerebrales superiores (lenguaje, toma de decisiones, memoria, percepción, atención…), determinando la adquisición de nuevos conocimientos. ¡Acompaña el aprendizaje de emociones positivas!
  • No hay “buenos” ni “malos” estudiantes: El cerebro ha demostrado tener una increíble capacidad de aprender y reaprender, y por eso no debemos pronosticar el éxito o fracaso de ningún estudiante. Los cambios que sufrirá su personalidad a lo largo de su vida hacen que no podamos establecer que un determinado comportamiento se repetirá durante muchos años sin alteraciones.
  • Evita el estrés: Es importante intentar proporcionar al alumnado un clima positivo y seguro, evitando palabras y actitudes que provoquen situaciones estresantes en ellos. El estrés, entre otras muchas consecuencias, disminuye la capacidad cognitiva y su estado emocional.
  • Planifica experiencias multisensoriales: Intenta emplear diferentes recursos para presentar la información de forma atractiva para favorecer el aprendizaje. Las experiencias que nos permiten percibir el mundo a través de todos nuestros sentidos permiten que el aprendizaje sea mucho más significativo.
  • Se aprende con todo el cuerpo: Un error muy común y repetido desde hace décadas es pensar que el conocimiento y la mente son la misma cosa. Muy lejos de esta teoría, los últimos experimentos nos enseñan que los ejercicios y el movimiento están íntimamente ligados con el aprendizaje, demostrando que cuerpo y cerebro aprenden juntos.







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